
Ha terminado la primera fase de la Euro 2024 y no ha habido sorpresas importantes en la clasificación a los octavos de final. Todos los favoritos han superado, con más o menos dificultad, este inicio del campeonato.
Y aunque muchos podrían estar hablando del gran torneo de la sorprendente Austria o la impetuosa Georgia, en los días de descanso hasta el inicio de la segunda fase solo se habla de críticas a Alemania, el país anfitrión.
Aunque muchos han comparado la calidad de los escenarios, en contraste con los de la Copa América, al parecer el día a día del torneo no está siendo del todo placentero para aficionados y periodistas presentes en el país por estos días.
Portugal, por ejemplo, ha lamentado formalmente por los filtros de seguridad que permiten que los aficionados invadan las canchas permanentemente. Fueron nada menos que siete los que burlaron a los encargados de controlar el público en el duelo contra Turquía y Gonçalo Ramos estuvo a punto de salir lesionado por uno de ellos.
Se quejan también del acceso que están teniendo algunas hinchadas al escenario con bengalas que llenan de humo la cancha y que pasan sin control. De hecho se han quejado aficionados de distintas nacionalidades de que los controles en los accesos a los estadios son selectivos y muchas veces incómodos.
Por si fuera poco, hay un tema de movilidad que ya ha superado la paciencia: «Casi todas las autopistas del país están en obras y hay retenciones kilómetricas y atascos insalvables. Trayectos de una hora se pueden llegar a completar hasta en tres. Los trenes tampoco son la solución, pues hay retrasos y cancelaciones imprevistas habitualmente», denunció el diario As de España.
El trabajo para la prensa se ha complicado pues, según dicen, los voluntarios solo hablan alemán y la lengua más necesaria es el inglés. Hasta los restaurantes y locales comerciales son blanco de críticas pues no reciben tarjetas de crédito y obligan a pagar con efectivo.