Quién iba a pensar: ¿el remedio de la salida de Gareth Southgate anticipa una gran enfermedad? Es lo que temen en Inglaterra.
Ahora la búsqueda del reemplazo encierra una duda trascendental: ¿vale la pena seguir apostando a prometedores entrenadores ingleses que no ganan nada desde 1966 o es momento de invertir en uno de los más cotizados del mundo para cambiar la negra suerte británica?
Justo tras la renuncia del tan criticado Southgate, a pesar de sus buenos resultados, saltaron a escena Eddie Howe y Graham Potter, ambos con carreras en la Premier, lo que ya es destacado, pero con una gran incógnita en materia de selecciones.
Un dato es demoledor contra los técnicos locales: el último que ganó una FA Cup fue Harry Redknapp en el 2008, el último que ganó una liga fue Howard Wilkinson en 1992, y el último que ganó una Copa de Europa fue Joe Fagan en 1984. Años luz.
Bien dicen que nadie cambia su historia haciendo siempre lo mismo. Pero, ¿quién dice que una personalidad es la solución? De hecho, ¿a alguna realmente le interesa?
El caso Guardiola
Lo primero es que le queda un año de contrato con Manchester City y ni por casualidad se piensa en pagar una cláusula. Pero, con una investigación encima relacionada con el fair play financiero, que podría costarle una suspensión de puntos o incluso un hipotético descenso, podría interesarle un cambio de aires. Esa es una carta que habría que saber jugar pues hay más obstáculos en el camino.
Se dice que, en caso de no poder negociar su salida, la Football Association (FA) lo esperaría y dejaría provisionalmente a Lee Carsley y Ashley Cole, entrenadores de la Sub-21, para que se encarguen de la Liga de Naciones y prepararen la transición. No sería tiempo perdido pues faltaría un año para la Copa Mundo 2026.
Pero hay otro tema, complejo pero no insuperable, y es el el dinero: para muchos resulta casi obsceno pensar en un DT que cobra 23 millones de euros por año, cuatro veces lo que costaba Southgate, y aquí se eleva el ego nacionalista de los británicos y su nexo con el Brexit, pues les resulta vergonzoso pagarle a un extranjero lo que le niegan a un local. Lo bueno es que plata hay. Otra discusión será en qué se gasta.
Klopp, experto y libre
El alemán que cambió para siempre la historia de Liverpool y lo hizo campeón de la Premier League y de la Champions League, cuando ni su más histórica afición se atrevía a soñarlo, parece tener todos los puntos de contacto claros.
Esa buena noticia coincide con otra aún mejor: está en un año sabático y se toma tan en serio el descanso que ya habría rechazado la oferta de dirigir a Estados Unidos.
Klopp no es tan costoso como Guardiola. entiende el fútbol inglés desde la base, conoce a la mayoría de los del actual ciclo, pero sus resultados han sido fruto de la paciencia y el tiempo de trabajo, justo lo que no tienen las selecciones nacionales. Además, se dice que si va a dirigir un equipo nacional sería el de su Alemania natal. Claro, hasta que no le ofrezcan el cargo no sabrán si es así o no.
¿Está listo el inventor del fútbol para una mujer?
Un rotundo golpe de opinión y una apuesta francamente valiente sería darle la selección de Inglaterra a una mujer por primera vez en la historia. Y no cualquier mujer.
Sarina Wiegman, ganadora de la última Eurocopa y finalista del Mundial de Australia (perdió contra España), es la única en llegar a dos finales de la Copa del Mundo con dos países diferentes, incluso entre el ámbito masculino (cayó con Países Bajos ante Estados Unidos en 2019).
Además, ganó el premio The Best a mejor entrenadora en la rama femenina, el cuarto que reposa en su vitrina. Méritos, evidentemente, no le faltan. Hay que ver si Inglaterra está lista para un paso tan grande y definitivo.