Unai Simón inicia el camino de vuelta a las porterías del Athletic y de la selección española. El guardameta de Murgia, trofeo Zamora la pasada temporada y titular en la conquista de la cuarta Eurocopa de la selección española, fue intervenido el 19 de julio en Hospital Universitario La Luz de Madrid con una artroscopia para reparar el ligamento escafosemilunar de su muñeca derecha. El doctor Piñal, encargado de la operación, avanzó entonces entre cuatro y cinco meses de baja.
El retorno de Simón no tiene todavía fecha, pero si no va más allá del parón navideño será un éxito. La previsión es que el portero (27 años) esté en condiciones de participar en alguno de los partidos con los que el Athletic cerrará la primera fase de la Europa League: el 22 de enero como visitante ante el Besiktas y una semana después en San Mamés ante el Viktoria Plzen.
Una recuperación en tiempo permitiría al portero extender su recuperación a la selección, que en marzo aspira a los cuartos de final de la Nations League, torneo que disputará su final a cuatro entre el 4 y el 8 de junio. Simón está nominado al Premio Lev Yashin que reconoce al mejor portero del mundo. El rojiblanco comparte nominación con Diogo Costa (Porto), Donarumma (PSG), Lunin (Real Madrid), Maignan (Milan), Kobel (Borussia Dortmund), Mamardashvili (Valencia ), Dibu Martínez (Aston Villa), Sommer (Inter de Milán) y Ronwen Williams (Mamelodi Sundowns).
La rehabilitación no ha hecho más que empezar porque durante las primeras seis semanas porque el futbolista tenía que ser muy cuidadoso con la herida, ya que la reparación de los ligamentos se hizo a partir de una inmovilización con agujas. Periódicamente el futbolista tuvo que visitar un centro médico para someterse a unas curas.
En el proceso que siguió a la intervención el doctor Piñal explicó que «cuando el ligamento escafosemilunar está roto la muñeca hace crujidos porque no funciona de forma armónica. Es una lesión que hay que operar para evitar que degenere y evolucione en artrosis». Durante la pasada campaña Simón tuvo que ser infiltrado en más de una ocasión para afrontar los partidos.