El Sevilla anunció por sorpresa la ampliación de contrato de Xavier García Pimienta hasta 2027. Tenía firmados dos años y, mes y medio después del inicio de su primera temporada en el Sánchez-Pizjuán y con discretos resultados, el club le ha puesto un nuevo contrato encima de la mesa con el añadido de una tercera temporada. Aún no está firmado, pero sí se han dado la mano para sellarlo. Este extraño movimiento, que se produjo cuando el equipo aún no había sumado su primera victoria (antes del duelo ante el Getafe) y las primeras críticas comenzaban a aparecer contra equipo, cuerpo técnico y, sobre todo, directiva. El motivo que ha llevado a los sevillistas a tomar esta determinación es por acallar el runrún ajeno y, más que eso, el propio. De señalarle al vestuario que no pueden bajar el pulgar cuando a ellos les venga en gana. Que su jefe es y será (aunque las leyes del fútbol van por el lado de los resultados) García Pimienta. Un blindaje contra conjuras propias cuando lleguen peores resultados que los actuales.
Porque el Sevilla ha vivido los dos últimos años lastrado económicamente por sus decisiones. No sólo en cuanto a compras o ventas, sino las relacionadas con su banquillo. Primero fue darle continuidad a un proyecto con Lopetegui, para que lo sustituyesen Sampaoli y Mendilibar. Con el vasco, renovando un año su contrato de tres meses tras un histórico éxito (Europa League), se tuvo poca paciencia. Se firmó a Diego Alonso (de la cuerda del director deportivo) y Quique Sánchez Flores llegó antes de Navidad para enderezar otra temporada con pinta de desastrosa.
García Pimienta, durante el partido contra el Valladolid.MARCA
Por aquel entonces, el presidente saliente en enero de 2024, Pepe Castro, decía pública y privadamente que ya se habían terminado los contratos largos para los entrenadores del Sevilla. Que se debía firmar año a año y con los resultados en la mano. Se ve que su mano derecha en el cargo de consejero delegado y ahora presidente, José María del Nido Carrasco, no lo ve igual. A los dos años firmados con García Pimienta le ha seguido un tercero. El documento que se firme contendrá numerosas cláusulas de salida, pero el gesto habla por sí solo. Proyecto a tres años. Veremos el tiempo que tarda en romperse la cuerda.
Aunque la intención principal sea un mensaje a la plantilla en cuanto a la fortaleza del entrenador en su cargo, el anuncio del Sevilla también tiene connotaciones externas. Porque las críticas a la gestión del club son constantes, entre público y medios. La cuerda se ha roto siempre por el lado débil del entrenador. Tras la derrota del viernes contra el Alavés, el viento cambió hacia el director deportivo por haber contratado precisamente a Pimienta. Del Nido Carrasco ha tomado una decisión. Va con su entrenador (y de paso, director deportivo) hasta las últimas consecuencias. Justo antes de que el calendario se apriete con Athletic, Betis y Barcelona. Blindaje al banquillo. Los resultados son los únicos que tienen la respuesta.
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