Derrota muy dolorosa, de esas que ni el tiempo será capaz de borrar. Pasarán los años y se seguirá hablando de este Real Madrid-Barcelona, el del 0-4, el de los 12 fueras de juego, ocho de ellos de Mbappé y del alarmante bajón físico del equipo blanco en la segunda mitad. El once de Ancelotti aguantó la primera parte a buen ritmo y creando peligro, pero tras el descanso las carreras de unos y otros no tenían ni la misma intensidad ni la misma velocidad. Ahí está el factor que más preocupa, el de la intensidad, el de la atención a lo que sucede, que sólo aparece en situaciones extremas y ante el Barcelona, a las primeras de cambio, desapareció por completo.
El cuerpo técnico del Real Madrid y sus jugadores prepararon el partido ante el Barcelona en las sesiones de entrenamiento de jueves y viernes. Claro que ensayaron cómo romper el fuera de juego y esa línea del Barcelona de Flick, que se sitúa muy cerca de la medular y que ejecutan a la perfección.
Un plan que sabían a la perfección
El indicativo llegó a los veinte segundos de partido, tras un robo de balón de Tchouaméni. La acción quedó en nada porque el balón fue a parar a Mbappé, que se encontraba en fuera de juego, algo que se repitió hasta en ocho ocasiones. Los técnicos hablaron e insistieron sobre los movimientos que había que hacer, lo que preocupa es la desatención y el que se cayera una y otra vez en estar inhabilitados para jugar el balón. Charla colectiva e individual en algunos casos.
Cierto es que alguno de los fueras de juego fueron por escasos centímetros, pero otros muchos por más de dos metros. El Barcelona no traicionó su manera de jugar, pero ni el Real Madrid ni sus jugadores supieron leer ni superar la trampa en la que una y otra vez cayeron.
El aspecto físico preocupa
El aspecto físico, la potencia de piernas, la capacidad de recuperación es el otro aspecto que también preocupa. Planificación o no de la temporada, el escenario que ahora mismo muestra el Real Madrid es de no estar en plenitud de forma. Lo dicen los números como quedó demostrado en los últimos partidos de la Champions y en lo que sucedió en la noche del sábado entre las carreras de unos y otros según iba avanzando el reloj. Los datos de los partidos de Champions son claros y hablan de menos cantidad de kilómetros recorridos.
El lunes llega el Balón de Oro y como tal el Real Madrid debe afrontarlo. Es el premio a lo hecho y a lo que no debe ni puede renunciar. La programación señalaba dos días de descanso y así ha quedado.