El césped del Benito Villamarín se cubrió de peluches para dar el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas y, sobre todo, para que ningún niño se quede sin su juguete en estas fiestas tan especiales. Una acción que comenzó en 2018 y que se ha convertido en una tradición en el último partido del año en el estadio verdiblanco. Además de los peluches que fueron lanzados al césped tras la cuenta atrás que se hizo en el descanso, durante la previa se habilitó un punto de recogida de juguetes de mayor tamaño en la fanzone del estadio, que serán destinados a los niños valencianos afectados por la DANA.
En total, se recogieron más de 20.000 juguetes, 1.000 más que en 2021, año en el que se marcó el récord de 19.000. Desde este lunes, entidades como ANDEX, SOS Ayudas Sin Fronteras, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, la Asociación Paz y Bien, CLECE, el Distrito Sur del Ayuntamiento de Sevilla, Asociación Ayuda al Prójimo, Aossa, Fundación Cultura de Paz o Cáritas, entre otras entidades. Como cada año, los niños del orfanato de Malabo, en Guinea Ecuatorial, también recibirán parte de los juguetes donados por los aficionados béticos.
Después de que el árbitro pitara el final de la primera parte del Betis-Rayo Vallecano, partido que finalizó en tablas con un gol de Isco de penalti y otro de Isi, y tras la cuenta atrás del speaker, la afición regó el césped verdiblanco de peluches, dejando una colorida imagen sobre el terreno de juego.
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