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El frío en el José Zorrilla para recibir al Real Madrid fue lo de menos. Nada extraordinario para un 25 de enero. El Real Valladolid, en el mejor momento social de su historia en lo que a abonados respecta, está helado por otros motivos. Una plantilla congelada y una convocatoria con sólo 16 jugadores con dorsal del primer equipo que apelaban a un milagro para rascar algo frente al líder. La jornada vuelve a pasarle factura a un Real Valladolid al que, con 15 puntos, se le empieza a poner cara de Granada la temporada pasada. De hecho, la distancia con la permanencia puede ser mayor que la que tenía el conjunto nazarí hace un año, de seis puntos a estas alturas.
La realidad es que a poco más de una semana para el cierre del mercado de fichajes, la inactividad del Real Valladolid es sorprendente en lo que a llegadas respecta. El club ha sacado a Victor Meseguer, ha rescindido a César de la Hoz y ha perdido a Juma Bah, lesión de Raúl Moro al margen. No ha llegado nadie y los motivos se entremezclan entre una situación financiera incierta y las dificultades para convencer a jugadores de nivel de firmar por el colista de LaLiga. Ni Diego Cocca descartó una próxima dimisión si el vestuario no sufre un incremento de calidad de aquí al 3 de febrero.
Nerviosismo
Los nervios se han trasladado a la zona de despachos y vestuarios, donde a pocas horas del partido frente al Real Madrid, tal y como ha podido saber MARCA, se vivió un episodio de tensión entre Domingo Catoira, Director Deportivo de la entidad, y Kike Pérez, en relación con su convocatoria para el encuentro y teniendo en cuenta que tanto jugador como club tienen un acuerdo con el Venezia, penúltimo clasificado de la Serie A y al que el centrocampista emprenderá marcha si la situación no cambia de forma radical.