
Laliga se aprieta, entra en sus jornadas decisivas. todos los equipos tiene algo en juego. Desde el título hasta el descenso y los puestos europeos. Pocos equipos hay sin objetivos y la calidad florece. La jornada que cerrarán esta noche Espanyol y Villarreal ha estado marcada por un denominador común: los golazos. Es habitual tener uno o dos goles de excelente factura en una jornada, pero lo de la de este fin de semana se ha pasado el juego. Golazos en muchos campos e imposible quedarse con uno.
El tarro de las esencias lo destapó el sábado a la hora de comer Yangel Herrera. el jugador del Girona salvó un punto para los suyos frente al Celta con un testarazo de envidiable factura. Plasticidad máxima y gol efectivo.
El siguiente en apuntarse a la fiesta fue el rumano del Rayo Ratiu. La temporada del lateral es de equipo grande en el barrio de Vallecas. A su despliegue físico habitual unió un zapatazo teledirigido a la escuadra ante el que nada pudo hacer el arquero del Sevilla. Un gol para guardarse en casa y verlo cada día al levantarse.
La fiesta de los goles imposibles se trasladó a la sesión del domingo de forma abrupta. Ocurrió en el campo del Leganés y además de la espectacularidad, el gol de Diego García frente al Getafe en el descuento marcándose una chilena de las clásicas, desató la locura en Butarque: tres puntos y distancia con el descenso cuando el partido agonizaba. Increíble.
La chilena dio paso al ‘pepinazo’ de la jornada. Esta vez fue el japonés Asano, del Mallorca, el que dejó la portería del Alavés temblando con un trallazo de los que impactan. Se escuchó la pelota golpeando la red con una violencia fuera de control.
Cuando parecía imposible mejorar el gol de Diego en Butarque, llegó el último partido del domingo. Un 3-3 que dejó dos golazos para enmarcar. el primero el de Aimar Oroz. Una volea picada que fue ganando altura y superó la estirada de Mamardashvili para empatar el partido nuevamente por parte de Osasuna.
Pero ese encuentro tenía una sorpresa de última hora. El golazo de Sadiq. Intentar explicarlo es complicado. Una espuela con la zurda tras un centro de Sergi Canón que parecía una locura. Medio escorzo y balón a la red en una posición imposible, pero que le valió al nigeriano para firmar un doblete y rescatar un punto para el necesitado Valencia.
El caso es que la presión sube y todos los equipos están sacando lo mejor de sí mismos para intentar cumplir con sus objetivos. La jornada la cierran esta noche Espanyol y Villarreal. Jugones en el campo los hay para aumentar este listado de golazos y dejar una jornada inolvidable.