
El Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) rechazó el recurso presentado por el Valencia para dejar sin efecto la tarjeta amarilla que vio Mamardashvili en el minuto 75 del partido de Liga ante el Alavés, tras el penalti pitado por Gil Manzano. El colegiado extremeño, además de señalar la pena máxima mostró la amonestación y se mantuvo en ambas decisiones incluso después de ver de nuevo la imagen en el monitor a instancias del VAR. El club alegaba que la jugada no debía considerarse como una “disputa temeraria”, como describía el colegiado en el acta, y que se trataba de un contacto fortuito, por lo que solicitaba que se anulase la amonestación.
En su resolución, publicada este jueves, el Comité indica que la solicitud no se ajusta a los criterios exigidos para que prospere una reclamación por «error material manifiesto». En este sentido, recuerda que “la apreciación de un error material manifiesto en el acta arbitral exige la aportación de elementos de prueba que, de forma inequívoca, acrediten más allá de toda duda razonable la inexistencia del hecho reflejado”.
El Valencia presentó estas alegaciones previas al acta si bien la consecuencia más grave de esa tarjeta amarilla ya la había sufrido el equipo cuando encajó el gol de la derrota ante el Alavés por un penalti señalado por Gil Manzano. En el vídeo, el mismo que le mostraron al árbitro desde la sala VOR, se ve cómo el portero salta a por el balón y falla en su intento de despeje de puños. El jugador del Alavés Mouriño llega a rematar el balón de cabeza, pero ya de espaldas fuera de su campo de visión, y es después cuando se le cae encima Mamardashvili.
Gil Manzano señaló una pena máxima muy discutida por los valencianistas y que afecta directamente a Leganés y Las Palmas en su lucha por la salvación.
La expedición valencianista se quejó de la decisión del árbitro que costó una derrota que ha complicado mucho las posibilidades de clasificación del Valencia para la Conference League. “El VAR ha tenido un criterio y el árbitro ha tenido otro”, se lamentaba el entrenador Carlos Corberán al terminar el partido. La expedición del Valencia también aterrizó en Manises entre incrédula e indignada. El director general, Javier Solís, explicó que quería escuchar los audios del VAR, mientras que Gayá guardaba silencio –fue sancionado hace unas temporadas con cuatro partidos por hablar de los árbitros- yHugo Duro tiraba de ironía en sus respuestas.
La RFEF se apoya en el artículo 260 del Reglamento General, que otorga al árbitro la autoridad exclusiva sobre el terreno de juego. “Las decisiones del árbitro se presumen ciertas, salvo que exista un error evidente que pueda demostrarse con pruebas concluyentes”, señala el texto. Además, el Comité subraya que la prueba videográfica presentada por el Valencia no permite desvirtuar el contenido del acta arbitral.
Según el Comité, el Valencia no aporta “elemento probatorio alguno que pueda desvirtuar que el jugador amonestado cometiera la acción descrita en el acta”. En consecuencia, concluye que la jugada es “absolutamente compatible con las propias imágenes aportadas”.