En el corazón de Jaume

Almenara, el pueblo de Jaume, nos recibe con sol. En mayo en la provincia de Castellón no es nada inusual. Cuando uno se adentra en por las calles de la localidad identifica fácil la casa del ya ex portero del Valencia. No es una mansión de La Finca, tan frecuentada por los jugadores de fútbol, pero a los mortales nos llama la atención. El ‘gat’, el apodo le va al pelo desde siempre, nos recibe en la puerta que da acceso a su territorio. «Esto es lo único que decidí de la casa», comenta mientras cruzamos un abrazo. Con los mellizos en el cole, ya han cumplido cinco años, hay tiempo de tranquilidad para darle una vuelta al otro Jaume y para dejar clara una cosa. «Jaume, esto es una charla de fin de trayectoria en Valencia y futuro, no de retirada», le digo mientas damos los primeros pasos en un garaje convertido en un gimnasio. «Estoy preparado para seguir, Diego, preparadísimo».

La zona baja de la casa está separada en dos estancias. Las pesas, con una decena de aparatos, su bici, su remo y plagada de grafitis y otra más privada. «Aquí guardo mis recuerdos como si fuera un museo». En la segunda sala lucen dos estanterías acristaladas en las que uno puede echar la tarde. Guantes, camisetas míticas, réplicas de trofeos, fotos… y al fondo un sofá con cojines que le han regalado algunos de sus fans más incondicionales y una gran pantalla para ‘trabajar’ viendo fútbol.

Hablar con Jaume es hacerlo con alguien apasionado, eso es lo primero que te viene a la mente. La segunda reflexión es que se le puede preguntar de cualquier cosa. La experiencia le ha dado serenidad. «Lo que más aprendí del nacimiento de mis hijos fue la paciencia. Fue increíble. Siempre adapto mi trabajo en Paterna, con el trabajo de fuerza por la tarde, pero hay algo sagrado. Siempre cenamos todos juntos en familia. Lo hacemos desde que los niños eran muy pequeños y es una delicia». Se nota que sus gemelos son su perdición. Andrea, su mujer, baja algo de picar mientras nos metemos en ‘faena’. 

Quiero preguntarte si alguna vez te dijiste a ti mismo: «Debí marcharme». «Nunca me habían preguntado eso. Nunca me he arrepentido, en mi cabeza nunca estuvo ese sentimiento. Claro que hay veces que crees que debes jugar más, tener más peso, pero lo pienso y nunca se me pasó por la cabeza. Otra cosa es que mucha gente me lo dijera, pero yo nunca lo pensé. Luego llegó esta temporada y casi el fin fue natural. Las dos partes vimos que era el momento y obviamente no iba a haber ningún problema».

Quiero preguntarte si alguna vez te dijiste a ti mismo: «Debí marcharme». «Nunca me habían preguntado eso. Nunca me he arrepentido, en mi cabeza nunca estuvo ese sentimiento.

JAUME DOMÉNECH

Han sido diez años en los que ha habido de todo. Se nota su orgullo de camiseta cuando damos una vuelta por su museo personal. «He jugado Champions, ganado una Copa, disfrutado en Liga…», comenta mientras señala algunas de las elásticas que le han dejado huella. Realmente, al arquero de Almenara le ha tocado una de las décadas más convulsas del club en su historia y ha puesto mucho de su parte. «Es verdad que han sido años complicados para todos, ha habido momentos muy duros en los que ser firme era la única opción». En lo personal Jaume ha sido inteligente. Se ha dejado ayudar y eso le ha vuelto más fuerte. Estar un año sin sentir la adrenalina de la competición no es sencillo de digerir: «Mi mujer es psicóloga y yo he trabajado con un profesional todos estos aspectos. Es clave. Una de las cosas que he logrado es que la adrenalina de los partidos estuviera presente en los entrenamientos. En cada ejercicio, en cada partido reducido, en cada sesión de pesas. Siempre». 

Y Jaume se ha mantenido en pie y ha ayudado a otros. Mucho más de lo que se conoce. «Yo no tengo twitter pero otros compañeros más jóvenes sí tienen y les han afectados muchas cosas. Yo siempre he estado con ellos, ayudando, echándoles una mano, ha habido días complicados para muchos y había que intentar que nadie se viniera abajo». Hace unos días cuando propuse en redes hacerle un homenaje tras su último partido muchos se me echaron al cuello. Se lo comento a Jaume. «Yo me quedo con el cariño y el respeto que me ha mostrado la gente real en Mestalla, en la calle. Siempre me han querido. Las críticas siempre te llegan, pero ya te digo que mi empeño era proteger a los chicos para centrarnos en lo que teníamos que hacer». 

A Jaume le ha caído mucho barro en las redes relacionado con Peter Lim, como si fuera el heredero del imperio de Meriton. Le pregunto por eso y por qué le diría a Lim si se sentara a la mesa hoy mismo con él. «Realmente no lo sé. Me he dedicado a proteger al equipo y a intentar que el tema social no destrozar el vestuario. Ese ha sido mi empeño. Era clave mantener a todos al margen para poder seguir compitiendo y no dejarse».

«Tengo experiencia, ambición y ganas de competir. Siempre tiraron de mí las ganas de ser competitivo, de seguir peleando. Estoy más que preparado, preparadísimo».

JAUME DOMENECH

Con la cabeza en su sitio y la ambición por seguir compitiendo intacta, Jaume no pierde el tiempo. «Desde que acabamos con el equipo no he parado. Estoy trabajando con un entrenador personal desde ya. Aquí tengo el gimnasio y arriba en la terraza una zona con césped para trabajar con balón». Está claro que el que se lance a por Jaume no se va a arrepentir. ¿Cómo te venderías a un director deportivo que busque portero?, le pregunto quizá sin ser demasiado original, o sí. «Tengo experiencia, ambición y ganas de competir. Siempre tiraron de mí las ganas de ser competitivo, de seguir peleando. Estoy más que preparado, preparadísimo». El portero habla con confianza, sabiendo que va a llegar su momento y que va a seguir dando guerra allá dónde vaya. 

De momento la etapa de aceptar o rechazar ofertas aún no ha llegado. El verano se acerca, pero no hay prisa. «Está claro que estoy abierto a cualquier cosa y en cualquier liga, pero luego se analizará bien y se tomará una decisión al respecto». El discípulo ‘preferido’ de Ochotorena no se olvida de su mentor. «Para mí es la persona más importante que he tenido en el fútbol. Confió en mi, me hizo crecer, me ha enseñado mucho, es la persona más importante en mi etapa como jugador», contesta rotundo sabiendo que ‘Ochoto’ lo agradecerá.

No es un encuentro para buscar la lágrima. Jaume ya ha llorado bastante estos días, pero hay que hacer una reflexión sobre el cariño de la gente a su figuro. «He recibido muchos gestos de cariño, la gente gritando mi nombre, el respeto de siempre. Es verdad que he llorado bastante de emoción», comenta sin que los ojos se le pongan vidriosos. No es el momento. El duelo de un valencianista cuyo sueño era jugar en el Valencia y ganar títulos con el club y ser feliz siendo portero, ha pasado. Mira al futuro, al que le espera defendiendo una portería.