Hace una semana, Óscar De Marcos, una de las figuras más queridas y emblemáticas del Athletic Club, colgaba las botas tras disputar su último partido como profesional ante el FC Barcelona en San Mamés. Un día muy emotivo en el que el de Laguardia dijo adiós al fútbol y al club de sus amores. El ya excapitán del Athletic ha repasado su trayectoria, su legado y el futuro del Athletic en una entrevista con los medios del club.
Para el de Laguardia, el cambio generacional en el Athletic marcó uno de los momentos más simbólicos, cuando decidió ceder el dorsal 10 a Iker Muniain: “Mi ídolo fue Gurpegi y quería seguir con su legado. Muni tenía ilusión por el 10, así que fue un cambio natural a tres bandas.”
Cuando se le pide elegir a un compañero, no duda: “Oihan Sancet tiene algo único. Con un solo control, supera líneas. Es lo más difícil en el fútbol”, alabando la manera en la que entiende el futbol el de Mendillorri, que a pesar de haberse perdido muchos partidos esta temporada ha sido una pieza clave en la campaña. Por su parte, también ve en Jauregizar un reflejo de su forma de ser: “Futbolísticamente es mejor, pero en personalidad y manera de representar al Athletic, nos parecemos”, agrega sobre el heredero del 18.
Entre sus mejores recuerdos, no duda en señalar el partido contra el Manchester United y su gol al Barça en San Mamés: “Ese partido en Old Trafford marcó un antes y un después. Nos convertimos en un equipo más ganador”, una temporada histórica aquella en la que los rojiblancos se plantaron en la final de Copa ante el Barcelona y en la de Europa League contra el Atlético de Madrid.
De Marcos concluía la entrevista expresando claramente que el Athletic lo es todo para él: “Nunca me he planteado jugar fuera. El Athletic me ha tratado de forma increíble. Me siento un privilegiado”. Y añade con emoción: “Me siento en deuda con este club hasta que me muera. Lo defenderé siempre, incluso como aficionado desde la grada o desde mi casa.”
Unas palabras sinceras que llegan a los pocos días de haber pisado por última vez el verde de San Mamés y con un horizonte muy diferente que seguirá teñido de rojiblanco pero desde la grada.
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