
El fútbol es un idioma que se habla con los pies, y Vinicius llevaba semanas buscando las palabras exactas. El brasileño comenzó la Liga algo desafinado y sin terminar de encontrarse ante un rival bien plantado como lo fue Osasuna. En la segunda cita quedó relegado al banquillo, una decisión de Xabi que sonó como un portazo a su estatus.
Vinicius aprovechó su suplencia en el Tartiere para reivindicarse. Entró al campo y le bastaron 20 minutos para asistir a Mbappé en el segundo gol blanco. Al 3-0 le impuso su firma, definiendo mansamente ante el meta oviedista. Aquella noche no se libró de la polémica, hecho que se ha convertido en costumbre cuando pisa un estadio que no es el Bernabéu.
Gol de Vinicius (0-3) en el Oviedo 0-3 Real Madrid
En la celebración junto a Kylian, el brasileño dejó un mensaje para De Burgos Bengoetxea, quien le había amonestado minutos antes por simular una caída. El delantero carioca también dedicó un gesto muy feo hacia la afición del Real Oviedo. Vinicius es Vinicius para lo bueno y para lo malo.
Xabi se encargó de devolverle al once en el tercer envite liguero. Meritocracia pura y dura a la que ‘Vini’ respondió como mejor sabe. El brasileño apareció en el momento exacto, justo cuando el Madrid estaba en pleno apogeo para lograr la remontada ante el Mallorca. Una arrancada desde el centro del campo que culminó mediante un disparo cruzado con su pierna mala. Vinicius hizo la guerra por su cuenta y la acabó ganando.
Gol de Vinicius (2-1) en el Real Madrid 2-1 Mallorca
Un nivel esperado
Para bien de su equipo y del madridismo, Vinicius vuelve a ser Vinicius. Se desquitó de las críticas con un golpe de autoridad que manda a los de Xabi con un pleno de victorias al parón de selecciones. Esta vez, el brasileño celebró con rabia, señalando el escudo y reivindicando su lugar —ese que se ha ganado a pulso— en el club blanco.
Xabi es el trampolín que necesita el brasileño para volver a mostrar su mejor versión. El ‘Vinicius nivel Balón de Oro’ aun vive en aquella goleada al Dortmund en el Bernabéu. Todo lo sucedido posteriormente no le ha dejado en el lugar que deseaba. Lo más sustancial fue su caída en el rendimiento: el brasileño solo marcó ocho goles en 2025 hasta el inicio de la presente campaña.
Si alguien sabe cómo reponerse a las adversidades es el propio Vinicius. Su gol ante el Mallorca acentúa su impacto. Es el recordatorio de que el brasileño sigue siendo esa fuerza de la naturaleza que hace temblar las defensas rivales. Ahora, la misión es volver a transformarse en una constante y dejar que únicamente sean sus números los que hablen por él.
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