El cierre de la sexta jornada de Champions ante el PSG confirma la mejoría física de Nico Williams, que en la semana más exigente del curso ha acumulado minutos y se ha dejado el alma en el campo. El extremo internacional disputó 77 minutos ante el Real Madrid y luego completó los envites frente a Atlético y PSG. El trabajo del futbolista por su recuperación es evidente y el Athletic celebra su vuelta, si bien aunque la pubalgia ha remitido no ha desaparecido.
El plan de preparación que sigue el pequeño de los hermanos Williams cubre con las expectativas que se habían creado con su puesta a punto. La pubalgia que arrastra desde la temporada pasada tuvo un punto de inflexión al comienzo de la presente. Ahí sufrió un nuevo episodio agudo similar al que padeció en el tramo final de la última Europa League. Si entonces se perdió cinco partidos, en esta ocasión ha sido baja en seis encuentros. Y sólo en uno de los ocho siguientes en los que intervino jugó los 90 minutos. Eso sí, todo ha cambiado en los últimos cinco minutos, con dos partidos de alta exigencia ante Atlético y PSG.
El delantero supo sufrir en el campo y aguantó en la alineación pese a que antes del último cuarto de encuentro hizo evidentes signos de cansancio. Valverde valoraba la sustitución del internacional, pero decidió mantenerle porque el equipo tenía necesidad. Minutos antes había realizado tres sustituciones de golpe y se guardaba el descanso para Nico. No pudo hacerlo porque Galarreta salió en el campo en el minuto 78 después de que Siebert le perdonase la segunda amarilla. Otra falta a destiempo le habría mandando a la calle.
Los médicos y fisioterapeutas valorarán junto con el técnico las necesidades de descanso de Nico, que tiene una dinámica de entrenamiento muy marcada para sostener su rendimiento. La pubalgia se combate a partir de tratamiento, fisioterapia, descanso y ejercicios de prevención y fortalecimiento en cada uno de los entrenamientos. Lo más lógico es que baje el número de minutos en Vigo y guarde para despedir 2025 ante el Espanyol en San Mamés.
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