
El Alavés firmó este sábado el peor partido de la temporada en El Sadar. Los hombres de Eduardo Coudet fueron claramente superados por Osasuna y se marcharon al parón liguero con la sensación de que deben reaccionar en el inicio de 2026 a la mala racha de resultados en la que se han visto envueltos en las últimas semanas. Sólo han sumado 3 puntos de los últimos 18 posibles y el margen con el descenso se ha estrechado hasta los 3 puntos.
Es cierto que el calendario subía su exigencia en este tramo final de 2025 y que la imagen del equipo en muchas de esas derrotas -véase Real Madrid o Barcelona- ha sido positiva, pero los problemas han venido cuando se ha enfrentado a rivales directos como Osasuna, Celta o Girona. Tres encuentros en los no ha estado cómodo, donde le han hecho mucho daño con poco y en todos ellos no ha sido capaz de ver puerta.
El juego del Alavés está por encima de los puntos que tiene, pero cuando una cosa se repite tantas veces, es evidente que tiene poco que ver con la casualidad. La falta de gol es lo que está alejando al equipo de dar ese salto con el que todos soñaban al principio de curso. Y probablemente los objetivos de la Dirección Deportiva en el mes de enero sean paliar el mal endémico del equipo a lo largo del presente curso.
Con el mercado a la vuelta de la esquina, los focos giran alrededor de Sergio Fernández. La prioridad será la de firmar un central, pero los episodios en forma de desencuentros con Diarrá y Mariano en la última semana (fuera de la convocatoria por decisión técnica) podrían provocar un giro de guion en los acontecimientos previstos. No parece clara la continuidad de ninguno de los dos y eso obligaría al club a tener que acometer más refuerzos.
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