El Barcelona comienza a pensar que sólo él mismo puede perder este titulo de Liga. Aventaja ya en ocho puntos a su perseguidor, el Real Madrid, después de la derrota blanca en Mallorca y su victoria solvente frente al Sevilla. Les costó a los de Xavi abrir la lata hasta la segunda parte, con el gol de Jordi Alba, el más celebrado de todos porque encaminaba al conjunto azulgrana al triunfo asentando de este modo su incontestable liderato liguero. El lateral izquierdo chillaba junto a un Jules Koundé que siempre se suma a la fiesta de las celebraciones. Era conocido en Sevilla por ser el primero en abrazar al autor del gol. Y eso mismo le han reprochado en redes sociales, su emoción por un gol contra su exequipo. El francés ha salido al paso de las críticas.
«Siempre fue agradecido por la oportunidad de vestir la camiseta rojiblanca y por el cariño que recibió durante mi tiempo allí. Por eso quería pedir disculpas por la celebración del gol que, dentro de un momento de euforia, fue exagerada por mi parte. Os deseo lo mejor, siempre», escribía en sus perfiles. Una sincera disculpa al equipo en el que jugó tres temporadas y que le ha ayudado a hacerse un nombre en el panorama internacional, siendo titular en todo un Barcelona, además de en la selección francesa.
Porque el central (ahora lateral) azulgrana tampoco es que tuviese la mejor salida del Sánchez-Pizjuán, con dos años donde apretó para que se ejecutase, aunque nunca dejó de competir, incluso con problemas físicos. En el Sevilla se le guarda un buen recuerdo y el hecho de disculparse se debe más al mundo de las redes sociales y a las críticas anónimas que a un verdadero sentimiento en el club andaluz, donde entienden con naturalidad que cada uno defiende sus colores y lo habitual en este deporte es festejar los goles y las victorias. Aun así, Koundé lanza un mensaje de reconciliación con el sevillismo. No quiere crear un enemigo de lo que antes era un amigo. Le quedan muchos años visitando Nervión.