Los jugadores del Barcelona están hartos. Salir del entrenamiento se ha convertido casi en un tormento para los futbolistas. Cada día hay una veintena de jóvenes seguidores a la caza de un vídeo comprometido que se pueda hacer viral o de un autógrafo, que luego venden, y muchos de estos aficionados (algunos influencers) no dudan en provocar a los culés para captar la atención de los profesionales y lograr su objetivo. La entidad busca soluciones, las medidas tomadas hasta ahora son insuficientes, ante esta situación, que los profesionales han denunciado, y está teniendo reuniones con la Policía Local de Sant Joan Despí y los Mossos d’Esquadra para ver qué pueden hacer para que estos incidentes no se repitan. Incluso los jugadores reciben charlas para saber cómo actuar y no caer en las provocaciones.
Algunos jóvenes se pasan la mañana en la puerta del párking de la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí para estar presentes en la entrada y, sobre todo, a la salida de los jugadores. Tienen dos objetivos. Por un lado, buscan grabar un vídeo llamativo y provocativo que tenga muchas visualizaciones e interacciones en las redes sociales, para lo que no dudan en hostigar, insultar e incluso golpear los coches. Cuanto más enérgica la reacción, más repercusión. El otro objetivo es lograr una firma, si puede ser en una camiseta o fotografía, para luego venderla y lucrarse. En algunas ocasiones, aseguran a los jugadores que son para causas benéficas, pero es para monetizarla.
Estos controvertidos seguidores se colocan en lugares estratégicos. Justo a la salida de la Ciudad Deportiva hay un semáforo, y luego varias rotondas y varios dispositivos de control del tráfico más. Y es ahí donde se sitúan: aprovechan que los coches se paran o han de aminorar la velocidad para abordarles. Acosarles e instigarles, en infinidad de ocasiones. Muchos de los jóvenes salen gritando y corriendo detrás de los coches, resultando un peligro no sólo para ellos y los futbolistas sino también para el resto de vehículos que circulan.
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Unos corren y otros graban la secuencia para tener así las imágenes de la persecución y la reacción de los futbolistas, que en algunos casos, como la de este lunes de Iñigo o la de Cancelo hace unos meses, son impulsivas y enérgicas. No dudan en insultar a los de Xavi para forzar la situación y tener unos segundos más provocativos y que, en consecuencia, tendrán más visualizaciones en sus redes sociales (TikTok, Instagram...). Lograr la firma en una fotografía o una camiseta es la otra meta, para luego venderla y lucrarse. Los jugadores lo saben y por eso la mayoría no se para ni baja la ventanilla, aunque eso también les supone críticas. «Sois unos pesados, todos los días igual», dijo Cancelo a un seguidor en octubre. Su actitud le fue recriminada por buena parte de la sociedad, que desconoce la situación, que él explicó después en sus redes: «Piden autógrafos para venderlos más tarde. Se repite todos los días y siempre son las mismas personas».
El club hace encuentros, de forma periódica, con los profesionales para explicarles los peligros que tiene pararse fuera de las instalaciones, ya que puede haber una acumulación de gente en la vía pública, y también para alertarles de las consecuencias de caer en sus provocaciones: daño reputacional para el futbolista y para la entidad culé.
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La entidad decidió, hace unos meses, no hacer públicos los horarios de las sesiones para así torpedear y entorpecer su presencia. Pero no es suficiente, los influencers hacen guardia. Se pasan el día apostados en la vía pública. Desde el Barcelona aseguran que, a nivel privado, poco más pueden hacer ya que los incidentes se producen fuera de las instalaciones azulgranas, en el núcleo urbano, y de ahí que el Barça esté en contacto con los cuerpos de seguridad para buscar soluciones, ya que los empleados del club no tienen autoridad ni competencias para colocarse en la calle y estar más allá de los accesos.
La Ciudad Deportiva está blindada, pero una vez salen del recinto, los trabajadores no tienen poder, aunque entre las medidas transversales proactivas que ejecutan, además de la prevención, gestión y resolución de incidentes en los accesos, también destaca la coordinación permanente con los cuerpos de seguridad, con los que tienen un flujo informativo constante y a los que alertan de cualquier incidente o riesgo.
De todas formas, los responsables del departamento están manteniendo reuniones con los Mossos d’Esquadra y con la Policía Local para estudiar qué se puede hacer porque los incidentes no cesan. Al revés. Es una realidad que llevan tiempo denunciando, ya la sufrieron Messi, Umtiti, Jordi Alba…, y ahora se ha intensificado.
Todos esperan lograr una pronta solución. El Barça, además de las reuniones con los cuerpos de seguridad, estudia estos días otras medidas adicionales.
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