El Sevilla afronta el sprint final del mercado de fichajes con buena parte del trabajo ya realizado. Director deportivo y entrenador, en sus dos últimas intervenciones públicas, así lo señalan. García Pimienta se muestra satisfecho con lo firmado: «La plantilla está muy cerca de lo que se verá el 31 de agosto». La cuestión es si el club tiene previsto realizar nuevos movimientos y así terminar de satisfacer a un entrenador que ve cojo el centro del campo. Es su principal preocupación por un tema de número. Tiene a cuatro en la plantilla para tres posiciones, pese a que jugadores como Gudelj (pivote) o Suso (interior) puedan compaginar diferentes roles dentro del equipo. Mientras no se venda a nadie y con las 25 fichas comprometidas (si Camona y Juanlu se quedan con las del primer equipo), el Sevilla tiene las manos atadas. Incluso con las inscripciones de Agoumé e Iheanacho, dos de los últimos fichajes, en el aire para el arranque de la temporada. Uno seguro que será inscrito antes del viernes.
Porque hay salidas que deben producirse antes del 1 de septiembre. Jugadores que no cuentan o que su momento ya pasó por Nervión. Hombres como Jordán, cuya situación de descarte y que no entra en las convocatorias del entrenador sigue estando exactamente igual que al final del pasado curso. Es justamente el nombre que está bloqueando lo que espera García Pimienta, necesitando otro elemento en la medular, más ahora que Sambi Lokonga y Suso han caído lesionados. El otro nombre es Gonzalo Montiel. El técnico catalán sí lo podría utilizar, como en el último amistoso frente al Liverpool, pero la plantilla tiene ya tres laterales derechos. Se puede rascar algo por su venta.
Una operación importante
El nombre de Loïc Badé está en la cabeza de todos. Ya hay ofertas por él y en cuanto un club llegue por derecho con una oferta que supere los 20 millones, el Sevilla la aceptará. La cuestión es que también el central francés quiera dar el paso, al encontrarse cómodo en Nervión y sin prisas por dar un salto a otro campeonato o club más poderoso. Evidentemente, una venta así provocaría el fichaje de otro central y cubrir el último deseo del entrenador. Con todo, su adiós también podría debilitar la línea que más dudas suscita, puesto que Marcao y Nianzou, quienes cuentan para el entrenador, no han sido capaces de dar un mínimo de rendimiento regular en dos años.
Otros nombres
Dentro de la plantilla del Sevilla hay jugadores como Suso o Marcos Acuña que terminan contrato en un año. Sus salarios son de los más altos y el Sevilla no vería con malos ojos ahorrárselos y, de paso, rascar algo por ellos. El gaditano ha cerrado todas las puertas posibles. No desea moverse. El argentino sí estaría dispuesto, aunque no ha llegado oferta formal por él. Pasa un poco como con Gudelj. No se regalará, pero todo lo que llegue será bien visto. Forman parte del relevo generacional que desea realizarse.
Guinda final del mercado
Jugando con las fichas de Juanlu y Carmona, quienes podrían competir con dorsal del filial (ya aparecen inscritos en la RFAF como jugadores del Sevilla Atlético), el Sevilla podría encontrar una buena opción de final de mercado y hacerse con ella para completar la plantilla. Necesita tener espacio salarial y sólo llegaría con la salida de algunos de los casos expuestos con anterioridad. Primero se repararía ese adiós con un sustituto, para estar atento a cualquier opción que el mercado ofreciese. Con todo, el club también tiene los pies en el suelo y no quiere pecar por exceso, ya que con dos competiciones, ocupar todas las fichas tampoco es aconsejable, pues habrá un grupo de futbolistas que apenas tengan participación en todo el curso. Víctor Orta quiere rematar su primera obra completa. Ya no depende tanto de él. Le toca mover ficha al propio mercado.