El Barcelona es otro esta temporada. La plantilla se ha reforzado de manera notable y los que antes eran titulares indiscutibles ahora ven como su rol en el equipo pasa a ser secundario. Es el caso de dos pesos pesados del equipo: Gerard Piqué y Jordi Alba.
Ante el Valladolid, la imagen en el banquillo era significativa. El central y el lateral tenían que ver el encuentro desde la banda. Y no era la primera vez en este inicio de temporada. A ellos se suman otras suplencias ya habituales como son la de Frenkie De Jong, Memphis o Aubameyang, pilares básicos del Barça de hace unos meses.
Sin embargo, son los dos canteranos los que representan mejor que nadie el cambio de ciclo. Sobre Piqué, Xavi ya ha dejado entrever que necesitará un rendimiento muy alto para ser una de las dos opciones en el centro de la zaga. En las dos primeras jornadas faltó Koundé y Araujo fue reciclado al lateral derecho. Eric García y Christensen fueron la pareja de centrales. Ante el Valladolid, con el danés ausente por un proceso febril, Xavi volvió a decantarse por Eric y recuperó a Araujo, dando el lateral a Koundé. Todo esto se traduce en un Piqué que no ha jugado ni un solo minuto en Liga en tres jornadas.
Más opciones tiene, a priori, Jordi Alba. El lateral fue titular ante el Rayo pero Balde le ha ganado la partida en las dos siguientes. Dejó una gran impresión en el Reale Arena y Xavi le consolidó en el lateral ante el Valladolid. La juventud se abre paso y su velocidad en el juego y despliegue físico resultan ahora mismo una opción más válida para Xavi que la veteranía de Alba, que jugó 12 minutos ante la Real Sociedad y no saltó al campo frente a los pucelanos.
Son tiempos de cambio en Barcelona y Xavi no se ha arrugado para tomar decisiones delicadas y que dejan a jugadores importantes de la historia reciente culé en una posición delicada. Aguanta, eso sí, Sergio Busquets. El ‘5’ es indiscutible para Xavi. Ni siquiera la aparente continuidad de Frenkie De Jong parecen amenazar la titularidad del capitán del Barça.
El único veterano que resiste a la revolución de Xavi Hernández. El Barça necesitaba un golpe de timón y el técnico azulgrana no ha temblado a la hora de hacerlo. Una nueva etapa comienza en el Camp Nou.
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