Seguían como en las nubes los jugadores de la selección de Marruecos que fue la gran revelación del Mundial de Catar 2022, certamen del que fueron semifinalistas por primera vez para un equipo africano.
Pero, al menos en el caso de Selim Amallah lo que vino después fue un aterrizaje forzoso a su regreso a su club, el Standard Lieja.
El mediocampista, quien jugó los siete partidos en Doha (Marruecos acabó cuarto) y fue siempre uno de los fijos del técnico Walid Regragui, llegó de la celebración multitudinaria con la tarea pendiente de la renovación, la cual no quiso firmar al considerar que su situación era distinta, un hecho que los directivos no aprobaron.
El jugador termina contrato en junio próximo y, como no habrá prolongación, el club tomó una decisión radical: «Hemos decidido enviar a Selim Amallah y otros tres jugadores más al filial. No haremos nada por aumentar el valor de mercado de futbolistas que se irán gratis», dijo Pierre Locht, presidente del Standard, con total honestidad.
«No vamos a hacer el trabajo sucio a otros equipos. Lo más fácil sería dejarles jugar, pero se convertiría en una señal peligrosa. Admitir que puedes seguir jugando y luego irte gratis sería la muerte del club», insistió Locht en ‘Het Laatste Niews’.
Aunque había un margen de negociación antes de cerrar la puerta de manera tan drástica, el directivo sencillamente no quiso hablar más: «Es realmente triste. Selim fue uno de nuestros mejores jugadores en los partidos que disputó antes del Mundial… pero hay que tener en cuenta ciertos valores y, en ocasiones, tomar decisiones difíciles. El club es el que marca el rumbo», concluyó.
Al marroquí le queda la opción de presionar en la ventana de invierno para su salida y no tener que irse al castigo de su club, pero en estas condiciones esperar ayudas o buenos gestos es difícil. Una pena que la fiesta terminara así.