Matheus Fernandes, una ruina de fichaje: a millón el minuto

Cuando el Barcelona fichó a Matheus Fernandes en Brasil nadie se lo creía. Cuando se les preguntaba a los periodistas brasileños sobre la calidad de este jugador alucinaban que hubiera fichado por el Barça. Fue algo parecido a lo sucedido unos años antes cuando también decidieron traer de Brasil a Douglas Pereira, un lateral derecho que, al igual que Matheus, no daba la talla ni de lejos para el equipo azulgrana. Es algo que a lo largo de la historia culé ha ido sucediendo en varias ocasiones cuando se analiza el mercado brasileño.

Douglas, Henrique, Keirrison…

El Barcelona pagó 7 millones por Matheus y por Douglas otros 4. En total, 11 millones por dos jugadores a los que apenas se les vio porque el primero jugó 17 minutos y el defensa disputó ocho encuentros en dos temporadas. Pero si se rasca en el tiempo aparecen otras operaciones de este tipo. En la primera etapa de Laporta como presidente se ficharon a dos brasileños que no llegaron nunca a debutar con el Barcelona y por los que se pagaron 22 millones: Keirrison (14) y Hernique (8).

El tema de las opciones de fichajes por jóvenes promesas también brasileñas es otro capítulo curioso. Por ejemplo, en la operación Neymar, se pagaron casi 8 millones de euros por el derecho de tanteo sobre tres jugadores de la cantera del Santos que, evidentemente, nunca se ejercieron.

Sólo 17 minutos con el Barça

Volviendo al capítulo Matheus, la inversión fue realmente ruinosa. El Barcelona pagó siete millones al Palmeiras por el fichaje. Antes de que llegase al Camp Nou, lo dejó cedido media temporada en el Valladolid. Ahí ya se pudo comprobar que algo raro pasaba porque solamente disputó tres partidos. Si en Pucela no jugaba, que lo hiciera en el Barcelona habría sido un milagro.

Y así fue. Todo lo que jugó el brasileño fueron 17 minutos en un partido de Champions League en el que el Barcelona ganó por 0-4 al Dinamo de Kiev. Entró cuando el marcador ya no ofrecía ninguna duda y los culés se imponían por 0-3. Fue la primera y única vez que se enfundó la camiseta azulgrana.

Indemnización millonaria

Al final de esa temporada, el club decidió dar la baja al futbolista de manera unilateral cuando le quedaban cuatro años más de contrato. Matheus demandó al Barcelona y ahora el juez ha condenado a la entidad culé a pagar 8,5 millones por despido improcedente. Esta cantidad unida a los 7 millones que abonaron por el traspaso asciende a 15,5 millones de euros. Es decir, que el club azulgrana le ha pagado prácticamente un millón de euros por cada minuto disputado. Lo dicho, una ruina de fichaje.

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