Centrocampista en territorio de centrocampistas. Kike Pérez es uno de los mediocentros de la temporada en LaLiga y su rendimiento no ha pasado inadvertido entre los buenos catadores de fútbol. El ‘4’ del Valladolid llega al Benito Villamarín después de firmar otro partido de nota alta ante Osasuna. En el partido de la primera vuelta, Kike gustó y dejó huella elevándose por encima de Sergio Canales, William Carvalho o Guido Rodríguez. El duelo del sábado promete alto voltaje, de nuevo.
Kike Pérez aparece como un interior moderno por su capacidad para construir, producir vértigo y también destruir. El Real Betis tendrá que rearmar su sala de máquinas en verano y el toledano emerge como futbolista a seguir. Podría cuadrar como verdiblanco por madurez (26 años), funcionalidad y por perfil, incluso es zurdo, como Andrés Guardado. En el Valladolid ha brillado como interior, junto a Roque Mesa y Álvaro Aguado, y está compitiendo de maravilla en el ‘doble mediocentro’, junto a Monchu. En las oficinas del club verdiblanco el nombre está apuntado.
Manuel Pellegrini recupera a William Carvalho para reforzar el centro del campo. En los últimos partidos la segunda línea ha sido decisiva, con goles -como el de Guardado en Almería– y con mucho juego, siempre con Sergio Canales al mando. Si bien, los picos de sierra se están haciendo sentir en términos de solidez y equilibrio. Al otro lado, la estructura de Pacheta, reforzada desde la intensidad para ejecutar el repliegue. El Villamarín nunca ha sido un escenario propicio para los pucelanos, pero su triunfo en el Reale Arena se presenta como advertencia.
Compitiendo, al cien por cien
Kike Pérez fue nombrado por la afición del Valladolid como mejor jugador del mes de septiembre. Fue a principios de octubre cuando se encontró con el Betis, en plena efervescencia. En aquella ocasión, estuvo por encima de Guido, Canales y Carvalho, en construcción y en recuperación. El toledano exhibió recorrido y desplegó todo tipo de entregas con su zurda. Los números reflejan ese nivel, con un volumen propio de un centrocampista dominante en un equipo dominante: se fue hasta los 75 pases y las cien intervenciones. Los béticos picaron sobre las 60 intervenciones y menos de 50 pases.
Seriedad, compromiso y humildad
El centrocampista ha tardado en romper en la elite, pero tiene cualidades para dar otro salto. Tiene contrato con el Real Valladolid hasta 2025, donde llegó en 2018 para reforzar el Promesas. Nada ha sido fácil para Kike, que comenzó a jugar crecer desde el Sonseca o el Toledo hasta que rompió en el Rayo Vallecano, dentro de la generación que ganó la Liga y la Copa juveniles. En esa etapa llegó a ser internacional Sub-19 por España. Después pasó al Lugo y tuvo que buscarse la vida en el Cerceda. Ha vivido el duro golpe de un descenso en Valladolid y el pasado curso se marchó al Elche en la segunda parte del curso para recuperar el ritmo, tras una lesión. Hizo dos goles. Ahora es todo confianza.
Pacheta ya advirtió hace unos meses que su ‘4’ estaba entre los 10 mejores centrocampistas españoles por criterio, por físico, por lo que transmite al compañero… Su temporada le ha elevado como miembro imprescindible de la columna vertebral blanquivioleta, junto a Masip, Javi Sánchez y Óscar Plano. El Villamarín es una de esas plazas grandes donde gustan los jugadores que mezclan clase y sacrificio, ideal para confirmar su progresión.