José María del Nido Carrasco, vicepresidente primero del Sevilla e hijo del expresidente Del Nido Benavente, rara vez aparece en los medios para ofrecer una entrevista. Ha hablado largo y tendido de la actualidad del equipo andaluz en Libre y Directo de la cadena SER. Ha defendido el pacto de gobernabilidad hasta 2027, dejando a su padre todo ese tiempo fuera de juego; también ha valorado un posible cambio presidencial (entraría él mismo) en noviembre de este mismo año; y ha asumido las críticas del sevillismo hacia el palco como propias, responsabilizando de todo lo sucedido a nivel deportivo a tres personas: Pepe castro, Monchi y el propio Del Nido Carrasco. «Todo lo que se nos critique es poco. Esta temporada es fruto de nuestros errores. Cada vez que pitan a Pepe me pitan a mí’, afirmaba sin dejar lugar a dudas.
En cuanto al pacto de gobernabilidad firmado en 2019 y por ocho años, no tiene dudas de su validez y durabilidad: «Le tengo muchísimo respeto a mi padre. El pacto está en vigor y el pacto no se incumplió. Cuando se canta Pepe Castro dimisión, me siento partícipe aunque no se me nombre. Hago mías esas críticas. El pacto existe. Firmar uno nuevo teniendo otro firmado hasta diciembre de 2027 no tiene sentido. Nos sentaríamos a negociar en septiembre u octubre de 2027«. Y va a más. Piensa en la posibilidad de un cambio en el sillón presidencial: «En los próximos años tendremos estabilidad en el Sevilla. En noviembre de 2023 se decidirá en el Consejo quién será el presidente del Sevilla«. Y es que en el pacto se recoge un cambio en la presidencia en favor de las acciones de la familia Del Nido.
«La guerra accionarial no trae nada bueno al Sevilla. Pero la situación actual no viene por eso. Aunque tampoco ayuda. Todos tenemos que salir de este bache», añadía Del Nido Carrasco, al que las preguntas sobre su padre no le gustan, dado que es un tema espinoso y difícil de responder. «De todo lo que tenga que ver con mi padre no voy a hablar. Eso se queda para él y para mí. Como sevillista, me entristece que hay tantos pleitos y que el club esté judicializado. Hay que volver al seno del pacto», reflexionaba.
Quejas por los arbitrajes
«Desde el Sevilla pensamos que el sistema de los árbitros no funciona. No siguen el mismo criterio. No hay unificación. Hay dos cosas muy escandalosas. El tema Negreira y la presión del Real Madrid enumerando errores. Se debe ser más transparente en las asignaciones de árbitros. Acceso a las decisiones del VAR. El sistema no funciona. Los problemas deportivos del Sevilla son por las malas decisiones de Monchi, José Castro y mías. Pero estamos atentando al espectáculo. Para expulsar a un jugador tienen que pasar más cosas«.
Los cambios en el banquillo
«Hemos reconocido que el primer error fue mantener a Julen Lopetegui. No fue una decisión acertada. Nos desprendernos de Diego Carlos y Koundé y su sustituto se lesiona. El mayor error ha sido las decisiones con los entrenadores. Cada entrenador tiene un modelo de juego. Sigo defendiendo que tenemos una buena plantilla. Le transmitimos a Sampaoli que teníamos que ser más prácticos. De momento estamos muy contentos con la labor del entrenador José Luis Mendilibar. Aunque con 2-0 no se te puede escapar el triunfo en casa. Los hombres de fútbol no hablamos de cosas. Creo que el Sevilla tiene plantilla más que suficiente para mantener la categoría. Pero como dicen los gitanos, no mentaremos ruina».
Situación económica
«El Sevilla en 2013 tenía una cifra de ingresos de 85 millones de euros y en 2022 de 235 millones. Ha generado 75 millones de fondos propios. Si el año que viene no disputamos competición europea tendremos que reestructurar la plantilla. Lo normal es que en Liga no vayamos a clasificarnos para competición europea. Siempre vendemos para crecer’.
Futuro de Monchi
«Tenemos que dar el 200% para salvar la temporada. El equipo no esta para hablar de Monchi. Ya hablaremos en junio. A nosotros nos trasmite que tiene la misma ilusión que el resto. Monchi, Castro y yo tenemos un currículum, sobre todo Monchi, que son indiscutibles pero no somos infalibles. Tan malo es equivocarse como persistir en el error. Sacar pecho hoy en día no tiene sentido, pero hemos jugado muchas finales».