El de Las Palmas fue, sin duda, el mejor partido de Kylian Mbappé con la camiseta del Real Madrid. Pleno de confianza y atrevimiento, su rendimiento va más allá de los dos goles anotados ante el conjunto insular. Fue una pesadilla para la zaga rival en todo momento, mostrando su perfil más afilado y creativo desde que viste la camiseta blanca. Fue, en suma ‘el Mbappé de Florentino‘, el hombre que un día llegó a casi renegar de él tras uno de sus múltiples quiebros a un futuro teñido de blanco desde hace años, pero que sólo se convirtió en realidad en el verano de 2024.
Con las dos dianas anotadas ante el UD, son ya 18 las que han llevado la firma de Kylian en la presente temporada. Doce en LaLiga, donde ha visto cómo los colegiados, VAR mediante, le han anulado hasta siete tantos. El último de ellos precisamente ante Las Palmas, lo que le privó de anotar el que perfectamente pudo haber sido su primer hat-trick como jugador del Madrid. El 9 del Madrid ha anotado además en todas y cada una de las seis competiciones disputadas por el Madrid hasta la fecha, incluida su diana en la Supercopa de España, que no sirvió para evitar la derrota de su equipo.
Lo cierto es que Mbappé parece haber alcanzado velocidad de crucero en las últimas semanas, en las que ha disparado su cifra de goles hasta los 18, una cifra más acorde a su potencial que la que presentaba en los primeros meses de competición. Dígitos que le permiten enfilar el objetivo de los 40 goles, con más de media temporada por delante, una barrera que no le es desconocida. De hecho, la superó en tres de sus siete temporadas en París, incluidas las dos previas a su llegada al Bernabéu (41 y 44, su tope como jugador parisino), y se quedó a sólo una en otras dos ocasiones.
«El mejor delantero del mundo»
«Es el mejor delantero centro del mundo -decía Ancelotti en la rueda de prensa postpartido-, se dudaba de si podía jugar ahí o si mejor en la izquierda. Es un gran delantero, se encuentra muy bien en la zona central, más que en la banda, su desmarque es único y por dentro lo puede aprovechar mejor». En efecto, los desmarques de Mbappé multiplican las opciones de los pasadores blancos (en especial Bellingham), así como en número de ocasiones del francés, que hasta estos últimos partidos tenía un porcentaje de acierto inferior a lo esperado. Quizá con exceso de ansiedad, sus definiciones no eran precisas, todo lo contrario de lo que ocurrió ante Las Palmas. Empezando por el lanzamiento de penalti con el que hizo el empate, lanzado con frialdad y solvencia, engañando a Cilessen. Nada que ver con el nerviosismo de esos dos lanzamientos desde los once metros ante Liverpool y Athletic, dos penaltis que penalizaron tanto a su equipo (dos derrotas) como al propio Mbappé, a nivel de confianza y, por supuesto, de estadísticas de cara a la portería rival.
El crecimiento goleador de Mbappé no sólo lanza al Madrid al liderato, sino que incluso permite al propio jugador aspirar a algo que parecía muy lejano tras el primer tercio de la temporada, la pelea por el Pichichi. Cierto es que la ventaja de Lewandowski sigue siendo apreciable (16-12 a favor del polaco), pero también que el madridista parece en una dinámica alcista, la opuesta de la que marca la tendencia del Barcelona en la Liga.
A estas alturas parece poco arriesgado decir que Mbappé ha superado su proceso de adaptación al Real Madrid. Un proceso lógico, que incluso afectó al mejor goleador en la historia del club blanco. Cristiano Ronaldo ‘sólo’ marcó 33 goles en su primer curso en el Madrid, una cifra brutal para cualquier futbolista terrenal, pero no para el 7, que pasó de las 50 dianas en las seis temporadas siguientes.