Hoy, 14 de marzo, se celebra el Día Internacional de las Altas Capacidades, una fecha clave para visibilizar la realidad de miles de personas con esta neurodivergencia en España y el mundo, incluidos los deportistas de élite.
La fecha, por cierto, no es casualidad. Fue el día que nació Albert Einstein, en 1879, y está dedicada a visibilizar las necesidades, talentos y desafíos de las personas con altas capacidades. Esta jornada busca generar conciencia sobre la importancia de ofrecer un entorno educativo y social que fomente su desarrollo pleno, evitando la desmotivación y el desaprovechamiento de su potencial.
Las personas con altas capacidades no solo destacan por su inteligencia superior a la media, sino también por su creatividad, pensamiento crítico y capacidad de aprendizaje acelerado. Sin embargo, a menudo enfrentan barreras como la falta de identificación temprana, el desconocimiento sobre sus necesidades y la escasez de programas adecuados en muchos sistemas educativos.
Este día es una oportunidad para promover políticas educativas inclusivas, sensibilizar a la sociedad y apoyar a familias y docentes en la tarea de brindar a estos niños y jóvenes el espacio necesario para crecer y desarrollarse plenamente. Apostar por la educación diferenciada y el estímulo adecuado es clave para que puedan alcanzar su máximo potencial y contribuir de manera significativa a la sociedad.
Baja detección en España
Aunque los estudios internacionales estiman que entre el 10% y el 15% de la población podría tener altas capacidades, en España solo el 0,47% de la población ha sido identificado oficialmente, según cifras del Ministerio de Educación.
Este déficit en la detección temprana y en la inversión en programas específicos no solo impacta a nivel individual, sino que tiene consecuencias económicas directas en el PIB de un país. Países con políticas activas de apoyo a las altas capacidades, como Finlandia o Singapur, han demostrado que una educación adaptada a estos perfiles se traduce en avances científicos, tecnológicos y deportivos clave.
Jana Martínez-Piqueras, presidenta de la Fundación Indifferent Minds, lleva años trabajando para que el sistema educativo tome conciencia: “Nosotros desde la Fundación buscamos que el sistema educativo tome conciencia, porque si a estas personas no se les atiende de manera diferencial, están en riesgo», señala Jana, que primero lo sufrió desde niña y luego como madre. «A mí me adelantó un curso el ministerio pero con la condición de que todas mis notas fueran de sobresaliente, lo que es un error gravísimo. Porque alta capacidad no es alto rendimiento», sigue denunciando Jana. «Desde 2006, la ley obliga a la detección precoz, pero esto no se hace. El profesor tiene que estar preparado para detectarlo y luego para tratarlo. No todas las personas pueden aprender al mismo ritmo y de la misma manera. Hay que saber intervenir en las aulas. Y lo mismo digo con pediatría. Porque esto luego trae muchos problemas psicológicos que llevan a los niños y a los padres de un especialista a otro sin encontrar respuesta. A mí me pasó con mi hijo y por eso esta Fundación, para dar ayuda y apoyo a estas personas».
No todas las personas pueden aprender al mismo ritmo y de la misma manera. Hay que saber intervenir en las aulas
Altas capacidades en el deporte
En el mundo del deporte, las altas capacidades han jugado un papel fundamental en el éxito de muchas leyendas. Deportistas con un procesamiento mental más rápido, una capacidad analítica superior y un alto nivel de concentración y creatividad han sido capaces de innovar en sus disciplinas, desarrollar estrategias más efectivas y anticiparse mejor que sus rivales.
Carlos Alcaraz
Algunos de los grandes nombres de la historia del deporte han destacado no solo por su físico excepcional, sino también por sus capacidades cognitivas superiores. Casos como el de Bobby Fischer en el ajedrez, Michael Jordan en el baloncesto, Ayrton Senna en la Fórmula 1, Leo Messi en el fútbol, Rafael Nadal y Carlos Alcaraz en el tenis, o Fernando Alonso en la Fórmula 1, muestran cómo el razonamiento avanzado, la capacidad de toma de decisiones en milisegundos y el aprendizaje acelerado han sido factores clave en su dominio del deporte.
Ejemplos de deportistas con altas capacidades
¿Por qué puede pensarse que Carlos Alcaraz es un deportista con altas capacidades? Un dato relevante es su precocidad y otra cualidad diferencial si versatilidad para jugar al máximo nivel en todas las superficies. Carlos Alcaraz debutó profesionalmente a los 16 años en el Torneo de Río de Janeiro, donde venció a un Top-50 con una madurez inusual para su edad. Ha ganado 17 títulos ATP, incluidos cuatro Grand Slam en tres superficies distintas, un logro sin precedentes en jugadores tan jóvenes. ¿Por qué esto es fuera de lo normal? Por un lado muestra una versatilidad extrema, con una capacidad de adaptación a diferentes superficies y estilos de juego única para su edad. Muestra también madurez y toma de decisiones rápida: Gestiona los partidos con una inteligencia táctica superior, demostrando una capacidad de anticipación propia de los mejores estrategas del tenis.
Fernando Alonso
Lo mismo se puede decir de Fernando Alonso (Fórmula 1), con su inteligencia estratégica y adaptabilidad en la pista. Alonso tiene una capacidad de procesamiento visual y estratégico superior a la media de los pilotos.
“Históricamente siempre se ha asociado a estas personas a un número, al resultado de un test, a un coeficiente intelectual elevado, pero este es un paradigma completamente obsoleto. A nivel de ciencia, esto ya no se sostiene», explica Jana Martínez-Piqueras. «Hay muchos deportistas con alta capacidad sin detectar. Excelentes deportistas a los que no se les ha cultivado la parte cognitiva. Y lo que no se trabaja, se extingue».
El secreto de la alta capacidad no está en los cuántos, que es en lo que se centra la gente, sino en los cómos
Desde 2016 se ha evidenciado que el cerebro de las personas con alta capacidad es bioquímica y morfológicamente distinto a los de los demás, por lo que hay una base física diferencial que es lo que justifica las aptitudes y habilidades sobresalientes de estas personas. «Estas diferencias morfológicas y bioquímicas no solo impactan en cómo procesamos la información, sino en cómo procesamos las emociones. Desde el cerebro se aprende, se siente y se piensa. El secreto de la alta capacidad no está en los cuántos, que es en lo que se centra la gente, sino en los cómos. Tu diferencialidad está en cómo haces esos mismos procesos, sobre todo en las estrategias y en la cantidad de estrategias que usas para ir ahí».