La reconstrucción del Sevilla pasaba no solo por reforzar todas sus líneas, sino por hallar nuevos referentes entre los que ya estaban en plantilla. Uno de los últimos en llegar el pasado curso fue Rubén Vargas, que aterrizó en Nervión a principios de enero procedente del Augsburgo. Pese a que se hizo rápidamente con la titularidad en el extremo izquierdo, una lesión muscular le impidió disputar el tramo final de temporada. Sin embargo, a la postre está demostrando ser uno de los grandes aciertos del anterior director deportivo, Víctor Orta, que invirtió 2,5 millones de euros en su fichaje.
En apenas unos meses, Vargas ha asumido un rol protagonista que pocos imaginaban a su llegada, recogiendo el testigo ofensivo de Dodi Lukébakio. Matías Almeyda ha centrado su posición en la cancha para acercarlo al delantero, convirtiéndolo así en una pieza clave de su sistema. Por ello, el técnico argentino insistió en frenar la venta del suizo antes que la del belga, ya que encaja como anillo al dedo con su propuesta: vertical, valiente en el regate, rápido en las transiciones e intenso en la presión. Además, su polivalencia y su movilidad ofrece constantemente soluciones al equipo.
El impacto de Vargas en el Sevilla es indiscutible. En la victoria ante el Girona dio dos pases de gol, siendo la primera vez que logra algo así en su carrera profesional. En este inicio liguero suma tres, únicamente superado por Luis Milla, que suma un partido más. El jugador helvético también mostró su gran momento en el último parón internacional, pues repartió otras dos asistencias con su selección.
Las cifras avalan a Vargas. Desde que se incorporó al Sevilla, los blanquirrojos acumulan 3 victorias y 6 empates en 14 partidos con él sobre el campo, en los que ha aportado dos goles y cuatros asistencias. Por el contrario, sin su presencia han firmado solo 2 triunfos y 2 empates en 10 encuentros.
Vargas se siente cómodo liderando el juego del Sevilla. A falta de un mediapunta más clásico, su reconversión le ha permitido asumir galones en ataque, donde de momento parece el único con un puesto fijo. En la búsqueda de recuperar su identidad competitiva, la entidad hispalense ha encontrado en el 11 una de sus grandes certezas deportivas.
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