Hay que remontarse unos cuantos años para recordar un verano con tanta ilusión en el Camp Nou. Los culés han pasado tiempos dificiles, con disgustos, salidas inesperadas y una ausencia de competitividad galopante. Joan Laporta se ha gastado lo que tenía y lo que no tenía para tratar de cambiar esa tendencia. Esta temporada tiene que ser un punto de inflexión y eso empieza desde hoy mismo.
El Barça de las palancas echa a andar y lo hace acompañado de esa dosis de surrealismo que acompaña al club en los últimos tiempos. El propio Xavi admitía ayer que hasta un par de horas antes del partido, no se sabrá a ciencia cierta con qué jugadores podrá contar para la cita.
En los despachos trabajan para que pueda ser con todos. Eso sí, que los culés no sufran. Parece que el tridente de gala, el formado por Dembélé, Lewandowski y Raphinha sí podrá estar sobre el césped. De ahí para arriba, que diría aquel.
Mas dudas puede haber en defensa, donde está por ver si Xavi mantiene a Ronald Araujo como lateral derecho, tal y como hizo durante la gira estadounidense, o si prefiere recuperar al uruguayo como káiser en el eje de la zaga.
Enfrente estará el Rayo Vallecano, único equipo queconsiguió ganarle los dos partidos al Barça la temporada pasada. Los madrileños han apostado por mantener a Iraola en el banquillo y la columna vertebral de la plantilla de la temporada pasada.
A los Catena, Fran García, Isi, Álvaro o Falcao, la Dirección Deportiva franjirroja ha sumado cuatro fichajes que entremezclan experiencia, caso de Diego López, Lejeune o Salvi, con la juventud de Sergio Camello. El objetivo en Vallecas volverá a ser la salvación, pero sin renunciar a nada, siempre manteniendo la idea de juego que tantos éxitos ha traído desde la llegada del vasco.
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