Con su decisión de recurrir a la justicia ordinaria para lograr la suspensión cautelar de la sanción a Sergio Canales hasta que haya una resolución definitiva del TAD, el Betis realizó una apuesta arriesgada, pero meditada. Porque el santanderino, si se mantienen los tres encuentros de suspensión que aún le quedarían por cumplir (fue sancionado a cuatro, pero ya cumplió uno en la visita al Metropolitano), pone en riesgo su presencia en el duelo directo ante la Real Sociedad por un puesto en la próxima Champions.
De no haber solicitado esta cautelar, una confirmación de la sanción habría obligado a Canales a perderse los partidos ante Atlético de Madrid, Cádiz, Espanyol y Osasuna. Pero con este aplazamiento, que le permitirá jugar este fin de semana ante el equipo de Sergio González, entra en juego en la ecuación el compromiso de los verdiblancos ante el conjunto txuriurdin de la jornada 31, que puede resultar clave en la pelea por la cuarta plaza.
Canales, en un buen momento físico y de juego
En la decisión del Betis, además de intentar que se haga justicia ante lo que consideran una sanción inaceptable e improcedente con la que se coarta la libertad de expresión del futbolista, pesa también el hecho de poder contar con Canales ahora que se encuentra en perfectas condiciones físicas y había recuperado su mejor nivel de juego. Nadie sabe cuál será la situación del 10 bético dentro de tres semanas, cuando la Real visite el Benito Villamarín, así que la intención clara es la de aprovechar el momento.
Perder a Canales ahora y que cuando pudiese regresar tras la sanción se cruzase en su camino algún tipo de problema físico (ha sufrido dos lesiones en lo que va de temporada) sería un doble inconveniente para Pellegrini. Es por ello que la intención es que juegue ahora que está preparado y que sólo cumpla la sanción, siempre que el TAD o los distintos tribunales no la dejen sin efecto, cuando no haya otra alternativa posible y lo más tarde que se pueda.