El Partido de la Alegría celebrado ayer con carácter benéfico en el Benito Villamarín congregó a muchos de los jugadores legendarios del fútbol nacional, entre ellos, Pablo Alfaro y Javi Navarro. La vieja guardia nervionense, forjada en tiempos difíciles y de cambios en el Sevilla, fueron cuestionados por la situación actual del club, inmerso de nuevo en una reestructuración a fondo.
Pablo Alfaro llegó en Segunda (2000) para liderar un vestuario por construir. Javi Navarro llegó ya en Primera y se convirtió en el complemento ideal del maño. Jugarían juntos durante seis años. Era fútbol de otra época, un vestuario de códigos entre jugadores donde el respeto por la profesión y el escudo iba por encima de todo.
Es momento de reflexión, de mejorar todo
«Igual no es el momento de hablar. Ha acabado la temporada, es momento de reflexión, de mejorar todo. Los que nos sentimos sevillistas, a ver si somos capaces de remontar el vuelo», comentó Alfaro. El valenciano, por su parte, profundizó más en el análisis. «A veces se trabaja mucho y la recompensa no llega porque en el fútbol hay muchos factores que influyen. Pero no pueden faltar la intensidad, el trabajo y el esfuerzo. Y después, esperar también ese puntito de suerte», señaló.
Un buen sevillista sabe que hay que pasar por estas etapas
Este Sevilla no se plantea objetivos ambiciosos más allá de la consolidación de un proyecto, pero Javi Navarro tiene claro que el sitio del club hispalense está en Europa. «Espero que vuelva pronto. Debe estar. Ya sabemos el Sevilla lo que hace en Europa y espero que estén lo antes posible«, deseó. El ex central se refirió también a la afición: «El sevillista ha vivido momentos difíciles años atrás y un buen sevillista sabe que hay que pasar por estas etapas. Es muy difícil estar siempre arriba y mantener un gran nivel durante muchísimos años. La afición no le va a fallar al club jamás. Ha estado en los momentos malos y va a seguir estando siempre».
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